martes, 10 de marzo de 2009

Mirarnos el ombligo


Publicado en julio de 2005

Unas semanas sin aparecer por aquí, ya que he estado en Singapur preparando todas las actividades del tema olímpico; pero como siempre tuvo que venir la delegación oficial para estropearlo todo. Y es que siempre es así, aún recuerdo mi etapa de estudiante cuando, con exámenes hechos para una nota de sobresaliente, aparecía el maldito profesor de turno que se empeñaba en suspenderlo solamente porque no era el hijo de algún amiguito suyo quien lo hacía; y es que en ocasiones parece q me rodeo de gente tan incapaz; de vez en cuando trabajo en la construcción, bueno tengo unas geniales ideas para construir, pero a través de planos y proyectos, nada de ladrillos y cables, etc, ....yo trabajo en la dirección, como debe de ser, pues me pasa igual; hace unos días hice un diseño para un polideportivo en Nunca Jamás, espectacular, que más quisieran los complejos de Londres, París o Madrid, que se pareciera al que yo diseñé; pues le dejé el proyecto a la empresa constructora y me han hecho “un churro”. Y sí hablo lo que ocurre cuando llego a casa todos los días, la Wendy nunca tiene el agua que me gusta para beber, y mira que es sencillo, pues no y luego cocina horrible, a veces pienso que es el capitán Garfio quien se puso el delantal para envenenarme. Lo malo de todo esto es que Wendy es mucha Wendy, y termina convirtiéndose en la voz de mi conciencia, y me recuerda que los problemas tienen su primera solución en el interior, que debí estudiar más cuando suspendí, que no todos los edificios que diseño son buenos que puede que incluso ninguno sea bueno; que sí ella cocina mal un día es porque hubo cinco en que la comida que hizo era deliciosa, que el agua ya podía ir a comprarla yo y por supuesto que tal vez Madrid no era la mejor candidatura, y sea mejor y más real pensar eso a que ha habido algún manejo oculto desde las altas esferas del COI; aunque la mejor ciudad olímpica, sin duda era SEVILLA

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