martes, 10 de marzo de 2009

EL CIRCO


Tras muuuuchos meses recorriendo el Mundo de Nunca Jamás, he vuelto para contarles una historia, como siempre. La ciudad de los circos, un lugar donde cada 4 años se instalaban varias carpas de circo donde afluían con más o menos aceptación, todos los habitantes de la ciudad. En los orígenes de esta ciudad el Circo ‘El Rosal’ acaparó toda la atención del público; pero un día un circo de segunda fila hasta entonces unió fuerzas con otros circos de menor importancia logrando hacerse con las mejores estrellas del mundo del espectáculo. El Circo ‘Pepe’ logró unir a muchas estrellas pero en ella destacaba por encima del resto el ‘Equilibrista’ un hombre que dejaba con la boca abierta al espectador que se apresuraban a fotografiar su imagen en cada salto mortal que daba. Aunque este circo nunca tuvo todo el éxito que había obtenido ‘El Rosal’, si se convirtió en el más importante durante 8 años. Sus actuaciones contó con la aportación de circos como el del ‘Árbol’, ‘Los Gilitos’ o ‘Andalucía’. Hasta que un buen día el público empezó a incomodarse porque las instalaciones del Circo ‘Pepe’ empezaron a ser viejas mientras que las caravana de algunos de las estrellas de estos circos empezaban a ser más espectaculares; las entradas para asistir al espectáculo cada día se hacían más caras y luego cuando el espectador se sentaban en los bancos de madera se veía como entraban para vender papeletas numerosos saltimbanquis que sólo querían vender humo. Los patrocinadores se negaban a apoyar al Circo ‘Pepe’. Hubo un día donde ‘El Equilibrista’ con su caravana magnífica desapareció del espectáculo aunque no de los carteles, eso hizo que el público asistente empezó a golpear sobre los asientos y a gritar......”¡¡Queremos ver al ‘Equilibrista’!!”. Pasaron varios años en que la estrella del Circo ‘Pepe’ volviera a actuar, pero pasó lo que se imaginaba, cuando en un recinto a menos de media entrada el ‘Equilibrista’ quiso dar el salto mortal que le había hecho famosos, le faltó cuerda y su cuerpo se precipitó al vacío, .....Ante la desgracia, el público que quedaba en la carpa aplaudió esperando que el circo siguiese funcionando; pero no fue así, todas sus estrellas se marcharon, los payasos, los domadores, las sexy girl, todos abandonaron menos el Jefe de Pista.
Mientras esto ocurría en el Circo ‘Pepe’, el vecino Circo ‘El Rosal’ se hizo con una compañía de artistas nuevos, con ilusión que empezó a trabajar para que la estancia en el circo fuese grata y que nuevamente se sintieran como en casa.
Mientras al Jefe de Pista del Circo ‘Pepe’, se le ofreció una solución mágica, incorporar como artista invitado a su función la estrella del circo de la ciudad vecina de El Monte, un prestidigitador capaz de hacer maravillas con un toque de su varita mágica, pero el Jefe de Pista en el fondo sabía que los magos por muy buenos que sean nunca han resucitado a un muerto y que ahora sólo cabía dos soluciones: Encontrar un grupo de artistas capaz de ensombrecer al ‘Rosal’; pero sobre todo el Jefe de Pista, sabía que estos nuevos artistas sólo funcionarían si el Circo de ‘El Rosal’ prestaran más atención a sus estrellas que a los que pagan su entrada, porque el Jefe de Pista del Circo ‘Pepe’ sabe que un espectáculo no funciona sin el aplauso del público.

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