sábado, 31 de agosto de 2013

Recuerdos desde una terraza



Pasear en verano por tus calles es rememorar aquellos tiempos pasados donde tus calles evolucionaban hacia un reino de poder y esplendor; en tu Paseo Marítimo nos reencontramos los antiguos Niños Perdidos, que recordamos aquellas aventuras pasadas, que motivaban nuestras risas y tristezas, las confidencias que compartíamos y alguna que otra cicatriz heredada de nuestras travesuras que también vuelven a ver la luz. Sentados en una terraza hablamos de aquellos otros amigos que un día desaparecieron para siempre de nuestras vidas y nos recreamos con las imágenes de aquellos maestros y profesores que disfrutaban castigándonos tanto como nosotros en hacerles las habituales trastadas. Aquellas tardes de domingos cuando portábamos en un puño cerrado el dinero para la entrada del cine Avenida o Atlántico, en invierno, y al Terraza o Puerto cuando el calor apretaba, para ver los disparos y carreras en pantalla grande mientras comprábamos las chucherías que nos dejaría mal trechos los dientes en la barraca del hermano mayor de nuestro amigo Miguel. De la adolescencia, queda nuestras primeras noches de pubs y discotecas, con los prematuros sorbos de alcohol en la hoy calle Diego Pérez, donde en los veranos se hacía imposible transitar entre barras y grupos de amigos que se concentraban en las puertas de la Cervecería,  Don Vito, Ecetera, Cocoa o Cliché; allí buscábamos nuestro primer beso y nuestro primer amor.  El mes de julio, nos traía nuestra única feria del Carmen, con la ineludible visita a la Caseta Municipal, ubicada en el Parque Infanta Elena, que albergaba las actuaciones de los mejores solistas y grupos del panorama nacional….., el mes de agosto de 2013, me ha hecho rememorar todo aquello con los amigos de siempre que hoy peinamos canas.
        En apenas un par de semanas volverá septiembre, entonces ellos volverán hacer sus maletas para volver con sus pareja e hijos, a su ciudad y dejarán las calles de este reino que dejó de ser emergente para ser una localidad llena de promesas que no termina de escalar el agujero al que un día se precipitó  sin saber bien por qué ni cómo; tal vez por un tráfico de influencia de algún político nacional, por unos vendedores de humo que no supieron encauzarte el camino adecuado llevando a descarrilar un trayecto bien llevado pero a demasiada velocidad o tal vez porque simplemente ninguno supimos hacer bien las cosas. Lo que sí es cierto que sin querer he escrito un melancólico recuerdo de lo que fuiste y dejaste de ser, de la añoranza de tiempos pasados.  Hoy todos los que vivimos los años 80 y principio de los 90 no dejamos de revolver entre recuerdos para ilusionar a un futuro Barbate que se sigue sosteniendo en macro proyectos que han dejado de ser cantos de sirenas para ser directamente tomaduras de pelo a unos ilusionados vecinos que siguen aspirando impasibles a que sus hijos pródigos no añoren los recuerdos de aquellos años todos los veranos y a que no haya más meses de septiembre. 
Publicado en Viva Barbate del 23 de Agosto de 2013

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